La vida de una niña da un vuelco cuando descubre quién es su verdadera madre

Kira descubre una verdad impactante sobre sus orígenes tras intentar escabullirse a una fiesta. Esta revelación cambia su vida para siempre y amenaza la relación con sus seres queridos más cercanos. ¿Podrá reconciliarse con el pasado y encontrar un nuevo lugar en su familia?

Kira entró en la casa, pensando a mil por hora en la conversación que iba a tener con su madre. Sarah, la madre de Kira, era muy estricta e inflexible.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Kira quería ir a una fiesta en casa de su amiga esta noche, pero no sabía cómo contárselo a Sarah. Entendía que las posibilidades de que la dejaran ir eran muy escasas, pero creía que valía la pena intentarlo.

Kira entró en la cocina y vio a Sarah preparando la cena, con movimientos precisos y concentrados. El aroma a cebolla y ajo salteados impregnaba el aire. Su padre, Tom, estaba sentado a la mesa, absorto leyendo las noticias en su tableta.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Tom no era tan estricto como Sarah, pero siempre la apoyaba, así que la última palabra siempre la tenía Sarah. Kira se acercó a la mesa y se sentó junto a Tom, respirando hondo para calmarse.

—Sabes que soy una excelente estudiante —comenzó Kira con voz suave y cautelosa.

Tom levantó la vista de su tableta con una leve sonrisa. «Sí, lo eres», dijo, dándole una palmadita en el hombro.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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“Y casi nunca pido nada. No me rebelo y ayudo en casa”, continuó Kira, intentando argumentar.

Sarah, presentiendo que algo pasaba, se apartó de la estufa y miró directamente a Kira. “¿Qué quieres?”, preguntó con tono firme.

Kira dudó, intentando mantener la conversación ligera. “¿Por qué asumes que quiero algo? Quizás solo quería recordarte la maravillosa hija que tienes”.

Sarah la miró con severidad, claramente no divertida. “Uf”, gruñó Kira. “Bueno, Stacy tiene una fiesta esta noche, y yo…”

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—No —la interrumpió Sarah, volviéndose hacia la estufa.

“¡Ni siquiera terminé mi oración!”, protestó Kira, desbordándose por su frustración.

—No vas a la fiesta. Puedes terminar esta conversación ahora mismo —dijo Sarah, con un tono que no dejaba lugar a discusión.

Kira se volvió hacia Tom, esperando apoyo. “¿Papá?”

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Tom suspiró y dejó la tableta. «Sabes que la palabra de tu madre es ley», dijo con calma.

—¡Pero si ya casi tengo 16! ¡Todos los demás chicos van a fiestas, y yo no he ido a ninguna! —dijo Kira, exagerando. Había ido a muchas fiestas, pero esta era la de su mejor amiga. No podía perdérsela.

“Cuando tengas 21 años podrás ir a fiestas”, dijo Sarah, todavía de espaldas.

“¡No habrá alcohol!” suplicó Kira.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—Kira, ¿qué parte de «no» no entiendes? —continuó Sarah con voz aguda.

—¿Por qué tienes que ser así? —preguntó Kira con un tono de desesperación en la voz.

—Hacer un berrinche no cambiará nada —dijo Sarah con tono firme.

Kira sintió una oleada de ira y gritó: “¡Si Meredith estuviera aquí, me apoyaría!”. Meredith era su hermana mayor. A pesar de los quince años de diferencia, siempre se entendieron. Meredith era la única persona que siempre entendía a Kira.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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“Pero ella no está aquí, así que esta conversación ha terminado”, dijo Sarah con voz definitiva.

Kira se levantó bruscamente, y su silla chirrió contra el suelo. Salió furiosa de la cocina, con el rostro enrojecido por la ira, dando un portazo al entrar en su habitación.

Su frustración la desbordaba mientras caminaba de un lado a otro. No la dejaban ir, pero eso no significaba que Kira no fuera.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Se sentó en su cama, esperando lo que parecieron horas hasta que oyó los pasos de sus padres regresar a su habitación. La casa quedó en silencio, indicando que había llegado el momento.

Kira acomodó rápidamente sus almohadas y manta para que pareciera que estaba en la cama, creando un señuelo convincente. Fue de puntillas a la puerta, deteniéndose para escuchar cualquier sonido de sus padres.

Satisfecha, salió de su habitación y recorrió con cuidado el pasillo. Las puertas principal y trasera tenían timbres que sonaban si alguien entraba o salía de la casa. Sin embargo, había otra salida: el garaje.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Kira se había escapado por allí muchas veces y nunca la habían pillado. Se metió sigilosamente en el garaje, con el corazón latiendo con fuerza, con una mezcla de emoción y nervios.

Al encender la linterna de su teléfono, chocó contra un estante, lo que provocó que algunas cajas cayeran al suelo. Kira hizo una mueca, paralizada en el sitio, rezando para que sus padres no hubieran oído nada.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Iluminó con la linterna y empezó a recoger lo que se había caído. Entre los objetos, encontró una foto de Meredith cuando tenía más o menos la edad de Kira. En la foto, Meredith estaba embarazada.

“¿Qué…?”, dijo Kira en voz alta, con los ojos abiertos de par en par. No podía creer lo que veía. De repente, apareció un mensaje de Stacy: “¿Cuándo vienes?”, seguido de otro: “La fiesta está en su apogeo”.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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Kira negó con la cabeza, decidiendo ocuparse de la foto más tarde. La guardó en el bolsillo y salió de casa, cerrando con cuidado la puerta del garaje. El aire fresco de la noche le azotó la cara mientras corría a casa de Stacy.

Cuando Kira llegó a la fiesta, todos se lo estaban pasando genial. La música sonaba a todo volumen por los altavoces y la gente bailaba y reía a su alrededor. Stacy la vio y la jaló a la pista de baile, donde se unieron al grupo de adolescentes que bailaban.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Aproximadamente una hora después, la música se detuvo de repente y alguien gritó: “¡Policías! ¡Corran!”. El pánico se apoderó de todos y todos se dispersaron en diferentes direcciones.

El corazón de Kira se aceleró mientras se dirigía a la puerta principal, con la mente puesta en escapar. Abrió la puerta y se encontró cara a cara con un policía.

“¿Vas a algún lado, señorita?”, preguntó con voz firme.

“Maldita sea”, murmuró Kira en voz baja, al darse cuenta de que la habían atrapado.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Media hora después, Kira estaba sentada en la comisaría, con una mezcla de miedo y vergüenza. La luz intensa hacía que la habitación se sintiera fría e incómoda.

Se quedó mirando el reloj, esperando a que Meredith la recogiera. Kira no podía llamar a sus padres; sabía que se pondrían furiosos. Meredith vivía en un pueblo vecino, y aunque le enfadaba tener que conducir de noche, fue.

Cuando Meredith entró en la estación, su rostro reflejaba preocupación y frustración. “Vamos”, dijo secamente. Kira la siguió hasta el coche, sintiéndose pequeña y culpable.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Subieron al coche y Meredith arrancó el motor sin decir palabra. El viaje fue tenso y silencioso durante los primeros minutos.

“Estaba casi dormida”, dijo Meredith, con la voz tensa por la frustración mientras conducían.

—Lo siento —respondió Kira.

—¿Por qué te arrestaron? ¿Eras la más borracha? —preguntó Meredith, mirando de reojo a Kira.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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—¿Qué? No, no había alcohol. Simplemente no escapé a tiempo —explicó Kira, con las mejillas sonrojadas de vergüenza.

—Qué fiesta más aburrida —se burló Meredith, sacudiendo la cabeza.

Kira se metió las manos en los bolsillos y palpó la foto que había encontrado en el garaje. Dudó, pero luego miró a Meredith con incertidumbre.

—¿Qué? No te preocupes, no se lo diré a nuestros padres —dijo Meredith, intentando tranquilizarla.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Pexels

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—No, no es eso. Encontré una foto en el garaje —dijo Kira con la voz ligeramente temblorosa.

“¿Qué foto?” preguntó Meredith, con curiosidad.

“Tuya”, dijo Kira, sacando la foto de su bolsillo y entregándosela a Meredith.

—Oh, muchacho —dijo Meredith, abriendo mucho los ojos al ver la imagen.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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“¿Por qué estás embarazada en esta foto? ¿Y dónde está el niño?”, preguntó Kira, con la mente llena de confusión y preguntas.

Meredith respiró hondo. “Bueno, parece que es hora de hablar, pero creo que mamá y papá deberían estar presentes”, dijo, estacionando el coche en la entrada. Salió del coche, y Kira la siguió con el corazón latiendo con fuerza.

“¿Por qué no puedes decírmelo ahora?” insistió Kira, alzando la voz con frustración.

“Nuestros padres están despiertos”, dijo Meredith, mirando hacia la casa. Kira levantó la vista y vio la luz encendida en su habitación.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—Meredith, ¿por qué no puedes decírmelo? —insistió Kira con voz desesperada.

—Porque no sé cómo decirlo —admitió Meredith, con su voz apenas por encima de un susurro.

—¡¿Qué dices?! —preguntó Kira, mientras su paciencia se agotaba.

—Que soy tu madre —dijo Meredith en voz baja, con las palabras flotando en el aire.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—¡¿QUÉ?! —gritó Kira, y su voz resonó en la tranquila calle. La puerta principal se abrió y aparecieron Sarah y Tom, con una mezcla de confusión y preocupación en sus rostros.

“¿Qué pasa?” preguntó Sarah, mirando a Kira y a Meredith.

“Ella lo sabe todo”, dijo Meredith, dejando caer los hombros.

“¿Sabe qué?”, preguntó Tom con voz tensa.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—¡¿Cómo que eres mi madre?! —le gritó Kira a Meredith con la voz quebrada.

—¿Se lo dijiste? —preguntó Sarah enojada, volviéndose hacia Meredith.

“Ella encontró la foto; no podía mentirle”, respondió Meredith con voz firme pero triste.

—¡No tenías ningún derecho! —gritó Sarah, con la cara roja de ira.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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—¡¿Eso es todo lo que te importa?! —gritó Kira, con lágrimas corriendo por su rostro—. ¡Me han mentido toda la vida! ¡No quiero verlos! —Se dio la vuelta y echó a correr, con el corazón roto al huir de la única familia que había conocido.

Kira corrió al río, donde solía jugar de niña. Los sonidos familiares del agua no la calmaron. Lloró, incapaz de creer que había vivido una mentira toda su vida.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Sus sollozos resonaron en la quietud de la noche. Al cabo de un rato, oyó que alguien se sentaba a su lado. Levantó la vista y vio a Meredith, con los ojos llenos de preocupación y tristeza.

“¿Cómo supiste que estaría aquí?” preguntó Kira, con la voz aún temblorosa por el llanto.

“No olvides quién te mostró este lugar”, respondió Meredith con una pequeña sonrisa.

“¿Por qué nunca me lo dijiste?” preguntó Kira, mientras sus ojos buscaban respuestas en el rostro de Meredith.

Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney

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Meredith respiró hondo. “Tenía 15 años cuando naciste, todavía estaba en la escuela. Ya sabes cómo es nuestra mamá, bueno, mi mamá. No podía dejar que nadie se enterara”.

“Pero han pasado casi 16 años”, dijo Kira, con evidente frustración.

—Lo sé. A diario luchaba contra el deseo de contártelo todo. Pero mamá me lo prohibió, dijo que te arruinaría la vida. Por eso me mudé —explicó Meredith con los ojos llenos de arrepentimiento.

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—Sigo enfadada contigo por irte. Eras la única que me entendía —dijo Kira, con voz más suave.

“Lo sé”, dijo Meredith, abrazando a Kira. “Para mí también fue difícil estar lejos de mi persona favorita en el mundo”.

—Deberías habérmelo dicho hace mucho tiempo —dijo Kira, con la voz amortiguada por el hombro de Meredith.

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—Lo sé, lo sé. ¿Puedes perdonarme? Intentaré dejar de ser tu hermana y empezar a ser tu madre —dijo Meredith, mirando a Kira a los ojos.

Kira asintió lentamente. “Entonces, ¿debería empezar a llamarte mamá?”, preguntó, con una pequeña sonrisa en los labios.

—Solo si llamas a Sarah, abuela. Se pondrá furiosa —respondió Meredith, intentando animar la situación.

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Kira y Meredith se rieron juntas y la tensión disminuyó un poco.

“Llámame como te parezca”, dijo Meredith. “Nos iremos acostumbrando poco a poco”.

“De acuerdo”, dijo Kira, devolviéndole finalmente el abrazo fuerte a Meredith. Se quedaron allí un rato, reconfortándose mutuamente, sabiendo que les quedaba un largo camino por delante, pero con esperanza.

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